lunes, 5 de abril de 2010

Not Avalaible for Discussion

Pobre viejo aburrido. Dentro de poco tiempo me volveré tan huraño que me dejarán solo. Rondará por ahí la idea generalizada de que soy un malacara intolerante que sale corriendo.
La verdad de mi “secreto” salta a la vista: soy poco adepto a la discusión oral sobre “grandes” temas (aunque hay condiciones muy especificas que me permiten hacerlo, con Anacrito y Amleth, con A, con L y J ha funcionado otras veces). Me parece inconducente y no tengo paciencia. Desespero en seminarios, en bares y en cafés. Prefiero lo escrito (y académico).
Admiro su entereza socrática por aclarar los términos a partir de las preguntas. Pero.
A veces “no me aguanto”: digo, reclamo, cito. Pronto el interés cesa y es como si la sangre fluyera a mis pies.
El asunto se resume en: escepticismo, neurosis y (quizás, ojalá no) sub-estimación del intelecto (mío y ajeno).
No quiero ser así. Hoy es un día triste. Me siento apenado. Lamentablemente, la incomodidad es visceral, se manifiesta en lo físico. Cabeza, lagrimales, boca del estómago. Sumar cansancio corporal y falta de sueño. Maravilla.
¿A dónde voy?
Mi problema ¿es la intolerancia? Qué paradójico. Me convierto poco a poco en un anciano cascarrabias que se indigna más de la cuenta. Un loquito como Fernando (sin la genialidad quijotesca).
Ajá. Vivo en un mundo que me desagrada y me deprime cuando las personas se burlan de la pashmina rosada del joven de al lado (habiendo tantos asuntos más interesantes ¡por qué no dejan en paz a las personas!), cuando dos hombres no pueden sentarse solos en una mesa sin hacer referencias innecesarias, cuando dicen que la mujer entrega todo (jajajajaja) y el hombre “cuida lo suyo”; cuando yo mismo soy tan irresponsable e impulsivo como para haber dicho lo que dije en el viejo blog, cuando dicen de mí con tanta seguridad que no me gusta lo indeterminable (la androginia define mi gusto), cuando encasillan, cuando juzgan, cuando increpan en tribuna y el increpado se regodea sólo porque es el centro (egolatría inútil), cuando malinterpretan mi postura política y me cosifican, cuando el pelo define el género, cuando no nos preguntan. Cuando cuando cuando.

0 comentarios: