martes, 23 de septiembre de 2008

PERDERSE EN EL TIEMPO


Hoy quisiera mirar cine Argentino perderme por una trama de amor furtivo entre personajes incapaces de liberar lo que sienten el uno por el otro, incapaces de todas las formas posibles, caminar por los andenes y vivir inundado de esperanza o desilusión, ver como las mañanas cada vez se hacen más eternas y como los personajes de esta atorada ciudad se mezclan entre la gente que pasa o saluda bajo esa urbanidad de Carreño, quisiera perderme entre las palabras y dejar que las vocablos, adjetivos y conectores fluyan como fluye el humo de los cigarrillos que se consumen más mi cerebro, quisiera en capsularme entre el tiempo y el espacio, que los seres humanos se dieran cuenta que el oficio del periodista se pierde como cuando pierdes un dulce de niño y sigues encontrando sucesos que puedan endulzarte la lengua. Me cayó porque la ciudad te arroja a un abismo sin accidentes, sin heridas, sin remedios, sin esa vieja teoría que la academia se ensaña a penetrarla en el alma. Perderme con la complejidad del mundo y analizar cada circunstancia de la vida rutinaria, quisiera sacudirme hasta tal punto que me desquebraje la conciencia, sentirme vivo, accionar todos los huesos de mi cuerpo y dejarme llevar por lo que siento, quisiera gritar, correr, saltar cambiar cada cosa de posición del lugar de mi cuarto, quisiera perderme en un Almod de chocolate sentir que la lengua roza con la vainilla y los barquillos cubiertos de galletas con pistachos o de pronto perderme de la mano con una doncella y atravesar la séptima cogidos de la mano y pensar que la vida sigue, que por fin tuve pantalones para decirle que la amaba. Quisiera salir de aquí dejar que los sentimientos se peguen por los ángulos de este teclado y botar toda esta vaina que siento y que por contradicciones no logro zafarme porque sencillamente no se puede dejar colgada como si colgaras un abrigo o la toalla en la puerta de tú baño. Quisiera pensar en el sin sabor que le quedo a Ignacio Escobar por no haber luchado por Fina, en que estaría pensando Antonio Caballero cuando ya culminaba la novela, porque ese final tan absurdo, porque no lograr que los personajes decidieran su futuro, ¿porque se entrometerá con el final que sus lectores quieren? Quisiera abrazar a papá y decirle que la vida me a enseñado a no desfallecer ante cualquier piedrita, quisiera llamar a la persona maravillosa por ser mujer y por meterme estas ideas locas en la cabeza, salir y hablar mierda hasta que nos quedemos callados porque talvés se termino el tema y la verdad optáramos por sacudir nuestro pensamiento con la esperanza de que se puedan encontrar para renovar o pulir lo hablado. Quisiera analizar la gran lección que nos dejo Antonio Caballero con su novela ¿podrá la vida ser un mal Sin Remedio?